- Definiendo los términos
Utilizaré el término Shotokai como sinónimo del karate del maestro Egami (en concreto el karate de Shintaido) y el de irimi como sinónimo de anticipación es decir, como la capacidad de no iniciar un ataque sino de responder instantáneamente a un ataque del oponente con un golpe, llegando antes que él.
Por ejemplo, no sería irimi bloquear un ataque con gedan barai y responder con gyaku tsuki, y sí lo sería responder directamente a un mae geri con un oi tsuki llegando antes que el oponente. - Ética del irimi
Naturalmente esto se ajusta un código de alta ética: uso lo que sé solamente como auto defensa. Todavía más alta ética si el golpe está dado de tal manera que no lastime innecesariamente al oponente: puedo golpear con la palma de la mano en una zona no vital. - El irimi en general
Aunque el irimi no es un objetivo exclusivo de la escuela Shotokai, ni si quiera del karate en general sino que lo es de otras artes marciales me limitaré a comentar mis experiencia reales vividas con tal concepto. - El límite superior del irimi: el maestro Egami
Saliendo de un entrenamiento en el gimnasio Fujiyama, José Garcia Noblejas (ver aquí), el maestro Hiruma y yo, fuimos a tomar unas cañas. José y yo, profundos viciosos del karate aprovechamos la escasa concurrencia para sacar información a Hiruma. Que si la relajación en los golpes, que si la validez del combate libre, que si los entrenamientos físicos al límite, que si bla, bla, bla. En un momento de la conversación, Hiruma nos dijo: mirad, el último fin en el aspecto de autodefensa del karate es no hacer nada. ¿Cómo?, le dijimos al unísono José y yo. Hiruma nos respondió: todos los karatekas que entrenamos con Egami nos quedábamos bloqueados y paralizados cuando éste nos invitaba a golpearles en combate libre sin que él hiciera nada.
Bien, ni nos lo creímos ni lo contrario. Cuando se fue Hiruma, José y yo pusimos en cuarentena sus comentario y pensamos que tal vez pudiera ser un fenómeno de sugestión dentro del contexto ¿se quedaría bloqueado alguien que intentara golpear al maestro Egami sin saber quién era él? - Una aproximación al límite superior del irimi: Mitsusuke Harada
La experiencia real vivida en primera persona y que comento en La visita de Mitsusuke Harada no es explicable en lógica aristotélica pues corresponde a un conocimiento directo, primitivo y difícilmente atomizable en pequeñas racionalidades. Hay que vivirla y no se puede explicar a ningún tonto hiper-occidentalizado (no asumo que la cultura oriental es superior ni inferior a la occidental). ¡Y ni sugestiones ni puñetas!, aunque todos sabíamos quien era el maestro Harada, todos quisimos golpearle por la espalda a escasa distancia y ninguno lo conseguimos. - Mi idilio con el irimi
Fue en la época en la que entrenaba en el Honbu Dojo en la que de forma natural empecé a practicar el irimi. Nunca me gustó el combate libre y no sólo por las eventuales magulladuras, luxaciones etc, sino porque como comento en otra entrada considero que es innecesario para la efectividad real del mismo. Creo que Hiruma pensaba lo mismo pero algunas veces nos mandaba practicarlo, supongo que por razones comerciales de captación de alumnos, y esto no es un reproche, es entendible para un profesional que vive del karate.
No creyendo en tal tipo de combate, a partir de una determinada época me dediqué a estar inmóvil, mirando fijamente a mi «contrincante» y sólo lanzar el golpe en el mismo momento que yo notaba el menor atisbo de movimiento. La sensaciones, crease, fueron inenarrables. Me parecía ridícula la forma de combatir que había tenido yo anteriormente y puedo prometer que a partir de ese momento no me falló la anticipación ni una vez. ¡Ojo! no me estoy auto valorando, estoy valorando el irimi en oposición al que no lo usa. Tal vez empecé a practicarlo en el momento oportuno y cuando yo estaba preparado tras duros años de práctica de las técnicas. Ver la palabras de Antonio García en esta entrada:
Para anticiparte a tu oponente no debes ser consciente de alcanzar ese momento. Si tu mente esta ocupada por el deseo de lograr la anticipación, jamás se conseguirá esta. Por el contrario entrenar constantemente para lograr este objetivo es la forma de llegar a acercarte a él.
Hace muchos años, cuando llevaba pocos tiempo entrenando, vi un reportaje de un combate entre dos maestros japoneses. El combate consistió en el saludo, la mirada de ambos fija en el contrario moviéndose durante diez minutos uno alrededor del otro, nuevamente el saludo y finalización del combate. ¿Cómo podía entender en ese momento lo que había ocurrido?. Es evidente que no había nada preconcebido en sus mentes, si uno de los dos hubiese pensado en realizar un ataque hubiese perdido el combate en el momento de pensar, ya que el estado mental del contrario estaba preparado para recibir cualquier información del otro.
Pienso que si te quieres adelantarte al oponente, simplemente reacciona cuando en tu mente vacía sientas algo distinto del vacío. - El irimi de Paco Díaz
Me hizo ilusión descubrir que Paco Díaz también practicaba el irimi. En el gimnasio Andrómeda de Aravaca nos sacó Hiruma a Paco y a mí (en esa clase éramos los dos únicos cinturones negros) para que los demás observaran como hacíamos ippon kumite. Hiruma dijo a Paco que me lanzara un oi tsuki y yo le repondíera con otro. Paco no acababa de lanzar el oi tsuki y Hiruma le dijo enfadado a Paco: !Venga hombre, golpea! Paco le dijo, ¡para qué, me va a machacar!
Paco dijo esto, no porque me valorara en exceso (nuestro nivel en karate era similar) sino porque tanto él como yo sabíamos que si los papeles de tori y uke estuvieran cambiados, el me hubiera machacado a mí. Eso es el irimi.
Dedicado a los generosos en el esfuerzo.
Excelente exposición sobre IRIMI con la cual estoy totalmente de acuerdo. Extractar el contenido del IRIMI en tan poco espacio no es nada fácil. Me vas a permitir Fernando que te comente mi opinión sobre esta palabra tan importante y tan difícil de conseguir.
Cuando en los años de Maricastaña aprobé el cinturón negro, tuve el honor de que coincidiera con la llegada a España del maestro Egami, y fue el maestro Miyamoto quien le acompañaba, el que me lo entregó en clase personalmente. Al acabar la clase y con mi cinturón negro recién estrenado me llamó y solo con él estuve durante tres cuartos de hora aproximadamente haciendo oi-tsuki y él esquivando, anticipándose a mis golpes, proyectándome, atrayéndome hacia él etc, en fin una clase que jamás he olvidado, en la que aprendí y experimenté dos cosas que fueron cruciales en mis entrenamientos a partir de entonces.
1ª) Consiguió romperme la barrera física que todos tenemos cuando creemos que ya no podemos más, cuando estamos agotados y creemos que hemos llegado a nuestro limite. Fue indescriptible experimentar el paso de lo físico a lo que yo defino como espiritual y sentir el silencio interior que se produce en tu organismo, sin dolor, sin presión interior, sin tensión muscular, sin notar el peso de tu cuerpo, etc. Siempre comparé este estado con el que el piloto siente cuando rompe la barrera del sonido. La sensación posterior fue la de un cuerpo ligero, sin ataduras, natural, sin dolor, sin jadeos, atacando relajado pero con una fuerza impresionante. Así estuvimos aproximadamente el tiempo que te he comentado. Acabamos y la sensación continuaba, oía a mis compañeros como mas lentamente, no oía el sonido del corazón, es como si todo se hubiese parado y caminase sobre una nube. A partir de ese día nunca me rendí cuando estaba cansado, siempre iba dos pasos más lejos para intentar llegar donde llegué aquel día. Nunca lo conseguí, pero te puedo asegurar de que ese sitio existe. Que cada uno saque las conclusiones que precise.
2ª) La otra cosa que aprendí que hay dos términos inseparables IRIMI Y MAAI (anticipación y distancia) y que creo que uno no puede vivir sin el otro. Miyamoto lo repetía mientras esquivaba, y yo lo oía como un eco dentro de mi. Durante muchos años lo entrené, y sobre el IRIMI ya has definido perfectamente su esencia, pero sobre MAAI te comentaré que es el oponente quien te marca la distancia a la que te tienes que situar, es el que te marca la línea critica de preparación para el IRIMI.
El MAAI hay que buscarlo y cuando el oponente te lo transmite, se produce una sensación interior maravillosa, porque se produce una concatenación física con él que no se debe ya abandonar hasta el momento de la anticipación a su ataque o por el contrario hasta que ambos dos den por finalizado el combate sin haberse atacado. Solo se producirá esto último si el oponente ha sido capaz de captar lo que tu ya has captado. Si esto se produce lo sentirás interiormente y cada uno estará detrás de su línea y los dos serán conscientes de la inutilidad de un ataque.
Sobre MAAI se podría hablar durante horas porqué es algo fundamental que los practicantes deberían aprender, deberían sentir como las plantas de los pies se empiezan a calentar conforme te acercas a esa línea critica que te marca la frontera espiritual del oponente, como el aparato del avión marca en una cuadratura al aparato oponente antes de lanzarle un misil.
MAAI+ IRIMI es la esencia del combate y se podrá entrenar mucho, pero si no se entienden estos términos difícilmente avanzaremos hacía algo superior.
Un fuerte abrazo.
Fernando, recuerdo con cariño los entrenamientos en el gimnasio Andromeda y la ilusión con la que acudía a las clases de karate, Manolo el dueño del gimnasio una persona estupenda, las clases del Maestro Hiruma eran motivantes y alentadoras, en cuanto al irimi : estoy de acuerdo con tu artículo, creo en la dificultad del irimi.
Es mucho más fácil bailar alrededor de tu oponente que no moverse e intentar encontrar ese estado vacío de la mente con el cual puedas reaccionar de forma inmediata ante cualquier ataque, remarco: reaccionar ante un ataque que sea eficiente naturalmente.
Por ejemplo y como ya enlacé en otro comentario:
https://www.youtube.com/watch?v=3sajtB2fD4w